Matecitos rojos

Momentos 2.0 del año

No seré yo quien haga el balance de fin de año. Lo hará la blogósfera peruana, premiándose a sí misma a través de sus múltiples identidades. No es un caso aislado. Pero al menos el Grupo El Comercio maneja distintas razones sociales para hacer la finta. Pero, un momentito, ¿la blogósfera peruana? No exageremos. El jurado de la academia está compuesto por solo un puñado de bloggers ubicuos, empoderados por encima de la masa gracias a sus hipervínculos virtuales (pero sobre todo gracias a sus vínculos reales). Es la ironía 2.0 de la que hablábamos en posts anteriores. Sí, con la web 2.0 todos pueden ser periodistas, líderes de opinión y agitadores sociales. Pero ¿quién los escucha entre tanto ruido sinsentido y contradictorio? La turba no se da abasto para leerse a sí misma: está demasiado ocupada escribiendo. Los bárbaros reclaman líderes que resuman discursos y posturas. La mancha los encumbra y les arroga representatividad. Inestable e invisible como el fanatismo de un comentarista anónimo, pero representatividad cuantificable al fin y al cabo. El proceso de selección natural termina con el filtro respectivo y el triunfo del agregador más fuerte. El Atila de los hunos es el rebotador más activo y más conocido. El que grita más fuerte la retórica anarquista que la virtualidad le permite. La sabiduría de la masa se ha hecho sentir.

Atila

Con el respaldo de millones de clicks que le dan la razón, Atila puede entrar a Roma. Saquear sus templos, destruir sus códigos de leyes, pisotear su política. Pero este Atila, acaso vislumbrando la baba cayendo de la boca de sus seguidores, decide colocarse la túnica blanca. Se sienta en el trono, entra al senado que le era esquivo y conquista por la fuerza del ad populum lo que jamás pudo conseguir por medio de la razón. Credenciales intelectuales, prestigio, simple respeto o verdadera autoridad para liderar causa alguna. La mayoría de la turba, sin saber lo que sucede, continúa festejando la muerte del corrupto Imperio. Vox populi, vox dei.

            Salvo el giro final, la figura no es mía. Es de Alessandro Baricco en su libro Los bárbaros. Ensayo sobre la mutación. Una metáfora cercana puede verse en la película Las Invasiones Bárbaras. En un acto de barbarismo a la peruana, un blog ha tomado ese nombre por asalto para elogiar las redes sociales. No es difícil adivinar quiénes serán los nuevos especialistas cuando acaben los años de oscurantismo 2.0.

La Cultura de lo Gratuito

Pasemos las páginas de la historia y busquemos un nuevo símil. Un fantasma recorre la blogósfera. Es el fantasma del comunismo 2.0, un nuevo sistema en el que los ciudadanos libres poseen los medios de comunicación. Ellos trabajan en línea, lejos de la explotación del capitalismo y de la alienación. Lo hacen gratis porque les apasiona, porque tienen un proyecto en común que agrega valor sin la sucia plusvalía de por medio. Son los reporteros ciudadanos de Reportube, el nuevo caballito de batalla de El Comercio.

Reporteros del mundo, uníos

Hasta aquí podría tratarse de personas que quieren denunciar los baches de las pistas o la ausencia de tapas de buzón en su cuadra. Una especie de canal de quejas ciudadanas. Pero según su director, Diego Peralta, los mejores colaboradores serán convocados para realizar coberturas colectivas coordinadas y comisiones especiales. Te conectas en la mañana, te dan tu cuadro de comisiones, trabajas feliz de la vida y ganas la satisfacción de haber contribuido al flujo de visitas de la web de El Comercio. El lema de Reportube es “reporteros del mundo”, pero les faltó el “uníos”.

  

Vlogger barato

La alusión comunista, por supuesto, tampoco es mía. Es ya tema recurrente entre autores como Andrew Keen. El vlogger barato, como el cholo barato, ha llegado al Perú para bajar aún más la valla de los sueldos periodísticos. ¿Para qué pagarle al video reportero si hay ciudadanos que quieren trabajar gratis? El caché de ser un periodista ciudadano o un protagonista de la revolución digital basta y sobra como pago. El colmo de la pirámide alimenticia laboral son los reporteros de La Mula y los vlogstars: ellos sí cobran, pero igual mandan su video a Reportube como muestra de su espontánea independencia. Hasta acá se escuchan las vivas al reporterismo ciudadano revolucionario y el buuu a los medios tradicionales aburguesados.

2 comentarios

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2 Respuestas a “Matecitos rojos

  1. Pingback: Combitos sabatinos » Gran Combo Club

  2. Luis

    Despues de su lanzamiento, es penoso ese lugar. Parece un blog de videos copy paste y sus contenidos, bueno, no les mato el final. Si al menos se hubieran esforzado en tener sus propios servers de videos…pero eso cuesta!

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