El caso Godoy

Soy de los que creen que José Godoy es constantemente utilizado. Pienso que realmente creyó que debía inmolarse por una causa superior ante Mufarech. Supongo que se sintió un poquito Woodward frente a las notas de Chang. Y un poco Fallaci al filtrar el supuesto plagio de Zambrano. Es evidente que Godoy moriría felizmente tupamarizado con tal de alcanzar el respeto intelectual. Pero no es menos obvia su ingenuidad.

            Y es que si tal aberración como el periodista ciudadano existe, esa aberración es Godoy. No Ocram, quien trajo del periodismo tradicional sus fuentes y sus pepas. No Larryportera, quien aprovecha la falta de editores en internet para filtrar lo que nunca pudo poner en el papel (y por esa ausencia de editores escribe como escribe). No Pepitas, quien tuvo su par de pepazas noticiosas por sus años de diarismo y sus decenas de nexos con el toledismo. No los twitteros y facebookeros que animan campañas y causas virales, todos ellos publicistas, marketeros, lobbystas, políticos, periodistas o gurúes de los social media agazapados bajo la piel de cordero del amateurismo ciudadano. Godoy, niño símbolo del amateurismo, es el único no-reportero que intenta hacer prensa seria de manera notoria en la blogósfera. Godoy parece haberse creído el sueño americano del periodismo ciudadano, el cuentazo. Cuentazo porque fueron los otros (Ocram, Pepitas, Larryportera y, en menor medida, el Jorobado), los “experimentados”, quienes ganaron pantalla, columnas y trabajo. Buscochamba, ya se sabe, es el verdadero nombre de todos esos blogs. Y ha sido Godoy, de lejos, el más maltratado en todas estas batallas virtuales (fue demandado, ridiculizado y hasta Hildebrandt le ha dedicado memorables minutos de su programa).

            Godoy es EL estereotipo del periodista ciudadano. Editorializa el aleph entero con sábanas de perogrulladas, lugares comunes y pelotudeces, casi todos los días y (hasta donde se sabe) de forma gratuita. Toda una especie en extinción. Y es esa ecuación de ingenuidad + productividad a costo cero la que lo hizo el candidato perfecto a mascarón de proa de las causas 2.0 que animaron años recientes. No sabe usar condicionales (caso Mufarech), no sabe manejar fuentes ciegas ni información clasificada (caso Chang) y no sabe discriminar noticias “sembradas” (caso Zambrano). Pero postea bastante y con frecuencia.